Una tarde íbamos hacia la escuela, caminando por Yerbal. De pronto, dejó de hablar de lo que lo ocupaba en ese momento, hizo un silencio, y disparó la pregunta…
Ya lo habíamos hablado una vez, hacía como dos años, pero volvió a ello, ahora con mas claridad.
Comenzó preguntando como había muerto papá.
Le expliqué.
Luego, preguntó en que año.
Se lo dije: cinco de julio de 1997.
Me miró. Pensó. Preguntó de nuevo
_pero yo había nacido…
Más que preguntar, afirmó
Le dije que no.
Entonces volvió a mirarme, luego de reflexionar un momento, y dijo que el lo conocía. Que ya lo había visto.
Recordé la vez anterior en que me planteó lo mismo. Entonces, con mucho cuidado sugerí: pero si todavía no habías nacido, ¿como lo conociste…?
Levantó la vista, me escrutó un momento, y reafirmó su convicción de que él lo conocía.
Habló de una vez en que fuimos a lo de la abuela .Había un señor que lo miraba, y que era él.
Pregunté si no se confundía con el tío, con Marcelo. No, no era Marcelo, respondió levemente molesto.
Entonces, lo sometí discretamente a un suave interrogatorio: te habló, como estaba, sentado, parado, te sonrió?
Dijo: estaba sentado, lo miraba, le sonrió, y entonces el supo que era su abuelo.
No quise seguir preguntando. Lo dicho era ya lo suficientemente fantástico como para callarse y reflexionar.
Luego, Amilcar me preguntó como podía ser posible esto, de que el viera a su abuelo, si parece que ya estaba muerto desde hacía varios años.
Le contesté que, a veces, los niños podían ver esas cosas.
Porqué y cómo, no lo sé.
viernes, 14 de diciembre de 2007
LA VISION DE AMILCAR
Etiquetas:
LA VISIÓN DE AMILCAR ( historia real)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario