viernes, 14 de diciembre de 2007

LA VISION DE AMILCAR


Una tarde íbamos hacia la escuela, caminando por Yerbal. De pronto, dejó de hablar de lo que lo ocupaba en ese momento, hizo un silencio, y disparó la pregunta…

Ya lo habíamos hablado una vez, hacía como dos años, pero volvió a ello, ahora con mas claridad.
Comenzó preguntando como había muerto papá.
Le expliqué.
Luego, preguntó en que año.
Se lo dije: cinco de julio de 1997.
Me miró. Pensó. Preguntó de nuevo
_pero yo había nacido…
Más que preguntar, afirmó
Le dije que no.
Entonces volvió a mirarme, luego de reflexionar un momento, y dijo que el lo conocía. Que ya lo había visto.

Recordé la vez anterior en que me planteó lo mismo. Entonces, con mucho cuidado sugerí: pero si todavía no habías nacido, ¿como lo conociste…?
Levantó la vista, me escrutó un momento, y reafirmó su convicción de que él lo conocía.
Habló de una vez en que fuimos a lo de la abuela .Había un señor que lo miraba, y que era él.
Pregunté si no se confundía con el tío, con Marcelo. No, no era Marcelo, respondió levemente molesto.

Entonces, lo sometí discretamente a un suave interrogatorio: te habló, como estaba, sentado, parado, te sonrió?
Dijo: estaba sentado, lo miraba, le sonrió, y entonces el supo que era su abuelo.
No quise seguir preguntando. Lo dicho era ya lo suficientemente fantástico como para callarse y reflexionar.
Luego, Amilcar me preguntó como podía ser posible esto, de que el viera a su abuelo, si parece que ya estaba muerto desde hacía varios años.
Le contesté que, a veces, los niños podían ver esas cosas.
Porqué y cómo, no lo sé.

No hay comentarios: